domingo, 22 de noviembre de 2015

Joaquín, "El Rey de la Parranda."

Frontino recuerda a Joaquín Bedoya                         

Dice Gildardo Montoya en una de sus ocurrentes canciones: “cuando el rio suena, fue que un  músico se hogó”, yo diría más bien que cuando la música suena es porque aquel  músico está y estará vivo por siempre. Es el caso de nuestro ilustre y conocidísimo paisano JOAQUÍN  BEDOYA GÓMEZ, quien vio la luz y escucho los cantos de las aves por primera vez, en  la vereda Cabras de Frontino hace ya 72 años, pues murió el pasado 22 de noviembre de 2014.

Este ilustre frontineño todavía muy pequeño salió de su tierra para Medellín  junto con sus demás hermanos, producto de  la violencia política que se vivía en los campos, en los años que siguieron a la muerte de Jorge Eliecer Gaitán.

Muchas  cosas pasaron en torno a esta que era una familia de estrato campesino, sobre todo, porque su equipaje principal era la música, esa música que continuo  trasegando caminos conquistando con inteligente humor y gracia la simpatía de aquellos que la escuchaban.

La música parrandera paisa sin duda alguna representa para Antioquia toda, la idiosincrasia de sus gentes, pues describe palmo a palmo y con gracia suprema  su quehacer cotidiano, lo que genera identidad y empatía.

En una ocasión llame a Joaquín a su teléfono fijo para mirar la posibilidad de traerlo a una “tocata” aquí a frontino; luego de escuchar mi apellido, me pregunto de cuáles Muñoz era yo, a lo cual respondí que mi padre se llamaba  Luis y  había trabajado como aserrador, músico y barbero, y el con esa voz grave que lo caracterizaba  y en tono de agradable sorpresa, comentó con espontánea frescura como poniéndose las manos en su cabeza: ¡ay mi cachucha!! Título de una de sus canciones.

Desde esta tribuna virtual, los frontineños rendimos este homenaje póstumo a la memoria de un hombre que puso en la más alta de las montañas de nuestra amada patria, el nombre de este terruño que le vio nacer y que sintió el dolor de su partida.

Joaquín Bedoya como Agustín  y como José  que vive todavía para bien de la música parrandera de Antioquia, volverán una y otra vez mientras el almanaque tenga  en sus doce hojas el mes de diciembre.

Otra historia de Joaquín en Frontino contada por Darío Ocampo , músico frontineño.

Resulta que la única vez que Juaco vino a este pueblo a tocar había una violencia muy brava, fue como en 1999 y tocaron en la plaza, estaba de alcalde Alfazar, la gente contenta  los saludaban y los rodeaban esperando que se emberriondáran a tocar . Agustín que era de muy buen genio y había venido muchas mas veces aquí, era quien le presentaba la gente: ve, este es fulano de tal, este es hijo de tal otro, este es primo. En fin…resulta que me dice Joaquín:  “ Campos, vení  lleváme por ahí a un puntico donde vendan aguardiente que estoy contento , entonces  lo lleve para la tienda de  Domingo Urrego;  pedimos media y como yo despachaba a la mujer en el bus para Medellín, me tome uno y Salí a despedirla, cuando regrese la media estaba vacía; ya había pedido otra media y trago a trago se había bebido por lo menos, quince guarapazos.”
Mientras tanto Agustín su fiel escudero, llego desesperado a jalar a Juaco pal tablao, en donde por primera vez cantaron en público su tema éxito” Échele mas agua a la sopa.” Y de esta forma en medio de una multitud de paisanos que blandieron como arma la cultura, silenciaron el estruendoso ruido de las pistolas y todos en comunión disfrutaron de una noche inolvidable con “EL REY DE LA PARRANDA”.

Por esa  noche, la violencia  fue maniatada con las cuerdas de las guitarras.

Joaquín Bedoya Gómez  a mi parecer, sentenció en el tema “El farol borracho”  lo que pasaría en cada siete de diciembre y de ahí en adelante:
“…Yo seré un farol contento y bastante iluminado, por mucho que sople el viento, no me verán apagado.”



¡Hasta siempre Joaquín!

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