EL DIA DE LAS MADRES.
Un motivo para reír y llorar.
Cuando muchachitos salíamos los hermanos menores corriendito para misa de diez a la misa de las madres.
Al salir de la iglesia corríamos presurosos a la barbería de mi papá Luis Muñoz,
Un maduro señor de estatura mediana, colorado como una manzana medio calvo, conversador y con un seño simpático en su mirada.
Volteábamos la esquina de don Braulio Gaviria y le saludábamos, mientras que, casi parejo con nosotros llegaban también un montón de clientes para la peluqueada y otros para hacer descolgar tiple y guitarra de sendos clavos, que estaban literalmente enterrados en la tapia.
Unos pedían una cerveza, otros aguardientes y mi padre tenía que parar las motiladas, para atender la clientela que no hacían mas que pedir las canciones de los Pamperos, del Conjunto América, Los Trovadores de Cuyo y todas las madres habidas y por haber.
Nosotros barríamos el pelo del piso o limpiábamos la repisa, las tijeras y las máquinas de peluquear, mientras el viejo Luis afinaba el violín.
Rubén Cruz cogía el tiple, Luis Durango la guitarra y los clientes peludos aplazaban por cuenta propia la motilada para el domingo siguiente.
Detrás de la repisa mi papa guardaba el regalo para Laura Rosa, mi bendita mamá, madre de nueve hijos.
ese regalo era una cajita metálica de galletas dulces y una botella de vino Cerezano que había comprado en la esquina de don Raúl Varela.
Nosotros peinaditos con un capúl, tirada hacia un lado, para la cual se usaba como fijador los sobrados de cerveza, llegábamos a casa con una alegría inusitada entregando el regalo a seis manos a aquella mujer bella y generosa en sonrisas y bondad para con nosotros.
Cuando presurosos marchábamos a casa con el regalo, recuerdo…
recuerdo cuán orgullosos llevábamos en el pecho al lado del corazón, un clavelito de color rojo que significaba que ella, estaba viva.
Ese viejo violinista, aserrador y peluquero, seguía celebrando el día de la madre entre clientes y amigos con su violín como estandarte.
Ese viejo violinista era luz y sombra, era alegría y tristeza. Nunca le vi el clavel blanco para significar la ausencia de su progenitora, el solo se ocupó de comprar claveles rojos para recordar que en la casa estaba ella, Laura Rosa a quien le cantaba ya entrando la noche: Yo sé que estos rosales se mustiaran un día…
Y continuaba
Y sé que nuestro anhelo tendrá temblor de llanto…
En las tiendas, cantinas y graneros se oían los pianos cuando al aire cantaban con acentos melancólicos.:
madre cariñito santo, ven y calma mi sufrir…
Y en las voces agudas de los cantores se escuchaban desgarradoras frases: madre mía, mi vida que te has hecho, en donde está tu maternal mirada…mientras en un rincón del viejo bar, hay un hombre todavía con rasgos de juventud, empuñando una copa vacía en su mano haciendo carrizo francés y con la mirada clavada en las rendijas del tablado.
Sea este un homenaje a todas las madres.
A esas madres viejas que fueron jóvenes y ya con el peso de los años hasta han olvidado quienes son sus hijos y cuáles son sus nombres.
A esas madres jóvenes que serán viejas y que recorrerán talvez idéntico camino.
A esas madres solteras, a esas madres sin hijos, a esas madres sin madre.
A las madres vivas y a la memoria de las madres muertas, dedico apartes de la canción de Mario Clavell.
La Palabra Más Linda(mamá)
La primera palabra que todos podemos decir
Mamá
Y no hay nadie feliz como ella al oírlo decir
Mamá
Cuatro letras que son el más dulce
Poema de amor
Mamá
La mirada que siempre nos guía, la
que yo no sé olvidar jamás
“La que ríe con nuestra alegría, la que llora si
sufres un día”
la palabra más linda del mundo es mama
el cariño más grande y profundo es
mamá
La más grande verdad de la vida es
Mamá
Los que tienen la felicidad de poderle decir
Mamá
Que la colmen de amor y de besos diciéndole así
Mamá
Que la vida se va y es muy triste
Llevarte una flor
Mamá
Sin tener ni tu voz ni tus besos, ni
poder en tu pecho llorar
Mamá
La palabra más linda del mundo
Es mamá
El cariño más grande y profundo es
Mamá
La que ríe con nuestra alegría, la que
Llora si sufres un día,
La más grande verdad de la vida
Es mamá.
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